6 hábitos silenciosos que aumentan la ansiedad y puede que no sabías
Ansiedad.
Una palabra que se escucha cada vez más y siempre con connotación negativa.
En mi opinión la ansiedad es una emoción más, es otro color dentro del pallete de emociones humanas, con él añadimos variedad en la pintura de nuestra vida.
Pero ¿Cuál es el propósito de ella en tu vida?
La ansiedad.
1) Ella es la que te empuja a prepararte bien esa charla que harás en público, ella te dará ese empuje de adrenalina para que des lo mejor de ti cuando los focos te apunten en el escenario.
2) Ella es la que te impulsa a tomar precauciones para protegerte a ti y a tus seres queridos de cualquier accidente o peligro.
3) Ella es la que te da la alarma de que algún área de tu vida necesita de tu atención:
- Tal vez tengas ansiedad por algo que tu hijo adolescente está haciendo y te está diciendo que prestes atención y actúes.
- Tal vez necesitas terminar una relación que ya no funciona
- Tal vez tu ansiedad esté aumentando porque se acerca una fecha límite importante y necesitas ponerte a trabajar.
- Quizás llevas posponiendo una decisión importante y la ansiedad te avisa.
Quizás no nos gusta la ansiedad porque nos dice lo que no queremos pero que sí necesitamos oír.
La ansiedad es parte de la “experiencia humana”, sí cuando estás ahí se siente mal o incómodo, pero a esto se le llama vivir.
Dejando de lado algunas de las bondades de la ansiedad:
El problema es cuando esta ansiedad sana comienza a corromperse, a cruzado la línea de ser una herramienta útil más en tu arsenal y comienza a entrometerse en otras parte de tu vida.
Cuando pasa de ser una ansiedad sana a una ansiedad excesiva y que perdura en el tiempo.
Aquí están los:
6 HÁBITOS SILENCIOSOS que aumentan la ansiedad
1) Pasar más de 2 horas diaria en redes sociales:
Duermes 8 horas, trabajas o estudias 8 horas, 3 comidas en 3 horas, total de 19 horas, te quedan entonces 5 horas al día para hacer otras cosas, si utilizas 3 o 4 para redes sociales está difícil.
Tanto estímulo instantánea es como una droga para el cerebro, que pierde capacidad de disciplina.
Otro punto con las redes sociales es la comparación negativa constante, donde cada día te comparas con 50 personas aleatorias con “vidas perfectas”.
La comparación es un instinto humano natural. De hecho, existe una teoría muy estudiada en psicología llamada Teoría de la Comparación Social. Es imposible no compararnos, es nuestro instinto, como sacar la mano del fuego, por eso, minimiza tu exposición frente a estas redes sociales.
2) No beber suficiente agua:
Con ansiedad tu sistema simpático, tu sistema nervioso está trabajando un poco más de la cuenta, el fuego está más activo y necesitas equilibrarlo con suficiente agua, un poco más de lo usual.
La deshidratación aumentará tu ansiedad de forma casi inmediata, yo he visto a personas bajar su ansiedad tras 2 copas de agua (estaban crónicamente deshidratadas). Por cierto, no vale beber un zumo, o un té, o una limonada. Nada hidrata más que el agua.
Uno de los síntomas de la ansiedad es la sensación de boca seca y beber agua se convierte en una herramienta para ayudar calmar ese estado de intranquilidad
3) Permitir que la entropía y el caos gobierne tu vida.
La vida ya es suficientemente incierta de por sí, por eso, en la medida de lo posible debemos orientarnos hacia el orden y la organización en todos los niveles.
A nivel espacial mantener una casa ordenada y limpia es el primer paso, a nivel digital hacer una limpieza del escritorio de la computadora o eliminar lo innecesario del móvil y a nivel mental es importante mantener cierta linealidad en nuestro avanzar diario, mediante la fijación de objetivos semanales o mensuales.
Esto es una batalla sin tregua, orden vs desorden, yin y yang. Cuando estamos vivos nuestras células y órganos son sostenidos en un orden que permite la vida, cuando muramos esta materia física se esparcirá de nuevo en otro desorden del cual se creará orden de nuevo en otros seres o elementos.
4) Sedentarismo:
Cuando haces ejercicio físico permites a tu cuerpo romper y liberar tensión acumulada, además hay una parte del estrés y ansiedad que sólo puede sacarse con el movimiento mediante nuestro sistema locomotor.
Con ansiedad intensa sueles activar bastante tu sistema de lucha o huida, y para liberar esa tensión primaria es bueno hacer ejercicio con cierta intensidad.
5) Tener un horario de sueño desajustado
que provoca que estés en déficit de horas de dormir. El sueño es la actividad más reparadora y regenerativa que existe, es el “medicamento” más potente y además es gratis. A falta de sueño desajustamos hormonas, aumenta el cortisol, la hormona del estrés y es un campo de cultivo para la ansiedad.
Prioriza el sueño, define tus horas de dormir y despertar (de forma funcional y realista en tu situación) y cada día intenta acercarte 15 minutos más a la hora ideal. Habrás altibajos, pero tras unas semanas habrás mejorado mucho tu rutina.
6) Constantemente priorizar las necesidades de los demás y no saber poner límites a las personas.
En mi opinión está bien sacrificarse en ocasiones por los demás, pero no de forma constante hasta que te va quemando. La intrusión constante de otras personas y tu incapacidad de decir que no, o definir límites sobre lo que es aceptable para ti o no puede menguar tu autoestima.
Te deja con una sensación de impotencia y de vulnerabilidad que incrementa la ansiedad. Como personas adultas debemos ir aprendiendo a poner límites.
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